INDICE DE PÁGINAS.

lunes, 6 de mayo de 2013

Pucallpa - Iquitos

Empezaré esta entrada diciendo que a Iquitos sólo se puede ir o en avión o en barco, así que aprovecho para presentarles el barco en el cual viajamos: nuestro querido Henry II:

Y al equipo a bordo! 

Nosotros 9 y Adrià, un chico catalán que viajaba sólo.


Datos de interés para viajantes:
- Avión Lima - Iquitos: 95 dólares

Ahora, si quieres la opción aventura y barata te aconsejo la siguiente:
- Barco Pucallpa - Iquitos: 3 noches y 4 días = 90 - 100 soles (negociad si sois un grupo grande y además, estudiantes) con comida incluida.
- Chelas en el bar de dentro: 5 soles
- Conviene ir preparado con algo para pasar el tiempo: libros, comida (aunque te entra en el precio, es preciso llevar algo), bebida, agua!!, jabón, desodorante, loción anti-mosquitos, bloqueador solar, hamaca, manta para la noche, música, altavoces, algún instrumento: charango, guitarra, armónica, flauta...,  vamos, lo esencial para un viaje así, donde el tiempo se para y todos los días parecen iguales, aunque no lo son, y os diré por qué:

- Miercoles 18, anécdota 1 y 2.  
Llegamos al puerto de Pucallpa a eso de las 6:30am ya que el barco, según el Míster-capitán, salía a las 7am... Por supuesto, teniendo en cuenta la "hora peruana", el barco zarpó a las 2:00 pm. 
Nuestras "camas"
 No llevábamos ni 3 horas en el barco y de momento notamos un golpe fuerte (anécdota 1): habíamos encallado en la arena. Había peligro de que pasase eso, ya que no era época de lluvias y el cauce del río era menor, por ello, teníamos la mini barquita Henry II delante del barco para ir midiendo con una caña la profundidad del río y guiando al gran Henry. El golpe fue un caos: la gente loca, poniéndose los chalecos salvavidas, gritando, recogiendo todas sus cosas... nosotros? sentados en las hamacas viendo lo que pasaba. Eso si, si en los días siguientes pasara algo donde necesitáramos chalecos... no habría ni para la mitad de los pasajeros. Tardamos 20 minutos en salir de ese banco de arena, pero todo tranquilo, porque durante el dia encallamos 3 o 4 veces más. La gente? No se sacó el chaleco hasta el día siguiente! 
La famosa barquita guía
Esa misma noche, subimos al techo con una botella de ron y coca cola para acompañar la velada. En este viaje, eso de que aparezcan escopetas era la moda. Lo digo porque un chico de la tripulación se dirigió a nosotros escopeta en mano y nos dijo que como éramos gringos, no podíamos estar ahí y menos con música. Que era zona peligrosa, de asaltos, atracos... y más si veían un grupo en el techo de gringos como nosotros... Le dijimos que apagaríamos la música y la luz y no haríamos ruido  pues abajo la gente ya estaba durmiendo... Accedió a ello y varios ratitos nos hizo compañía (escopeta en mano todavía). El barco tenía un faro e iba alumbrando a todas partes, y a todas las barcas que se iban acercando (pues eran piratas). Nos contaba el chico que suelen ir en barquitas pequeñas sin luz, con armas y suben por los costados del barco, roban a los pasajeros incluso secuestraban a gente... A mí me dio mucho miedo eso, y más con la suerte de encallamientos que habíamos tenido durante todo el día! Pero bueno, ya al día siguiente pasábamos a zona más segura (según dijo). El caso, es que de repente, escuchamos gritos y más gritos, el barco paró. Nosotros decíamos: ya está, hemos entretenido al chico con nuestras preguntas y ya están aquí los piratas... Pues no, no era eso. El barco pilló a la barquita que mide la profundidad... Y os preguntaréis cómo?? Pues bien, el capitán dio la orden de bajar la barca para no encallar mas veces. El tal "araña" que así le llamaban, miembro de la tripulación, hizo caso, sin escuchar justo cuando desamarró la barca que el capitán decía que NO!!! Así pues, la barca estaba en el río, el barco avanzó y se la tragó. Claro, pues sin barca y 4 días mas... no llegaríamos bien, seguro! Así que decidieron bajar al río y buscarla, pena para todos, que encontraron la barca pero no su motor...
Y nosotros, con el ron, sin creer lo que estaba pasando y pensando: "vaya un viaje nos espera!!!" 

Fin del primer día!
Atardecer 1 sobre el río Ucayali

- Jueves 19: anécdota 3
El día 2 del barco pasó de la manera más normal que podía pasar: No pasó nada fuera de lo normal.
Amanecer en el río Ucayali.
Véase el vapor del agua.
Al ser el primer día que amanecíamos sobre aguas del Río Ucayali, aprovecho para explicar los horarios de comida:
<<A las 6am ya sonaba una cuchara golpeando contra una olla/cazo/qué se yo qué era. Para despertarnos e indicarnos que teníamos 30  minutos para ir a recoger el desayuno (avena y pan con algo raro untado); a las 12 del medio día volvía a sonar esa cucharilla para indicar que había que recoger el almuerzo (arroz, con pollo y un plátano imposible de comer de lo duro e insípido que estaba) y en la noche, a eso de las 7pm sonaba por tercera vez diaria la cucharilla para repartir la sopa que se servía como cena.>>


Como primer día, nos tomamos el lujo de subir al techo a desayunar y bueno, como no teníamos nada que hacer en todo el día, allí nos quedamos: leyendo, haciendo pulseritas de macramé y semillas que tan bien nos enseñó Sil Ja.


Este día, creo recordar que no pasó fuera nada de lo normal, como he dicho anteriormente, pero si no me falla la memoria, cuando bajamos Marco y yo de desayunar del techo, Karen nos dijo que (anécdota 3) se habían escapado unos pollos o gallinas. Bien, es un barco de mercancías, y no sabemos si eran pollos para Iquitos, o lo pollos que nosotros comíamos (ya que los mataban antes de cocinarlos...), nunca lo sabremos, lo que sí está claro es que los pollos iban corriendo por debajo de todas las hamacas evitando ser capturados!

Por la tarde seguimos con nuestro taller de macramé, hasta que atardeció.
En la noche tomamos unas chelitas del bar de abajo, pensamos que si tomábamos el ron, para los otros días no tendríamos nada!
Fin del segundo día.

- Viernes 20: anécdota 4, 5 y 6.
El viernes transcurrió tranquilo. Hicimos lo mismo que el día anterior: pasarla en el techo haciendo pulseras! 
Foto de: Miriam Göedeck
A mitad de mañana notamos que el barco va mucho más despacio y allá que le preguntamos al capitán (anécdota 4):

- Señor, por qué disminuimos la velocidad?
- Ay, m'hijita! Nos quedamos sin combustible!!
- Quéee? Cómo es posible??

En serio, no nos entraba en la cabeza cómo y por qué un barco salía sin el necesario combustible para llegar a su meta. La verdad, que cuando no pasaba nada, había un encallamiento en la arena, pero a eso ya nos acostumbramos, pero de verdad, quedarnos sin combustible... Pues qué hicimos? Tuvimos que esperar a que viniese otro barco detrás y que nos diese combustible. 
El tema está en que el que vino, no quería darnos! Y normal, si sale con lo justo! La buena noticia es que nos dio un poquito para poder llegar a un puerto a tiempo y repostar más! Así que el barco tuvo que pegarse mucho mucho (hasta golpear varias veces a Henry II) para poder pasarle el combustible. 


Uno de tantos pueblitos a las orillas del Ucayali
El día siguió transcurriendo tranquilo, bueno, no tanto (anécdota 5). ¿Se acuerdan del "araña", ese que soltó la barquita cuando no debió? Bien, pues cuando paramos en algún puerto, hay botes pequeños (siempre y cuando el barco no se pueda acercar a tierra porque volveríamos a encallar) que dejan a los pasajeros que paran en ese pueblito, pues bien, cuando el barco, después de una de esas paradas, ya zarpó y se alejó del pueblo, oímos cómo el capitán (uno de ellos) gritaba: "Araña!! Dejamos a Araña en el puertoooo!!!!" Nosotros, preocupados le preguntamos a otro señor que qué pasaba. Nos dijo eso, que efectivamente habían dejado a este chico, pero que "ya lo recogerían a la vuelta!!"
Como siempre les he dicho (si he tenido la oportunidad de hacerlo, en Perú y más en la selva, es todo taaan tranquilo, taaaan normal... que me encanta!)

En la tarde tomamos un vino dulce y bueno, Juan Carlos decidió darle duro al Rompecalzones! No sé si lo conté antes, pero el Rompecalzones es un trago típico de la selva. Pues anteriormente los hombres podían tener varias mujeres, y claro, después de todo el día trabajando, cuando llegaba la hora de satisfacer a sus 7 mujeres, no podía! Entonces inventaron esa bebida ante la cual ningún calzón (en Perú así se le llama a la ropa interior femenina) se le podía resistir y todas las mujeres quedaban completamente satisfechas. Como este trago también está el 7 raíces y muchos más! ¡Eran muy listos!


Pues bien, los 10 que éramos, decidimos escribir un mensaje y meterlo en la botella, con tal de dibujar una sonrisa a quien lo encontrase. Estábamos tan emocionados por eso!!! Ojalá que haya tenido su efecto! 





Fin del tercer día.


Fin?? Mentira!!! (anécdota 6) Esa noche, estábamos durmiendo y... a las 4am (aunque ya del día siguiente), paramos en un puerto y qué pasa? Cada vez que paramos sube gente vendiendo comida y bebida, así que nos despertaron los gritos de: "hay aguaaaaa, hay gaseosaaa!!!!" "hay polloooo, hay chaufaaaa" Así repetidamente hasta que zarpamos y uno de nuestros vecinos pasajeros se le ocurrió poner la música así, en mitad de la noche. Es por esto que la BSO del Viaje es: 




Ahora sí, fin del tercer día.

- Sábado 21: último día, última anécdota.

Como según nos habían dicho, éste sería el último día, así que decidimos Tiphaine, Juan Carlos, Marco y yo empezar el día viendo el amanecer. Así que a las 5am nos subimos al techo.


 No fue nada del otro mundo, o es que yo, mas bien, soy amante de los atardeceres. El caso es que estuvimos un buen rato arriba. Estuvimos charlando con el capitán (que terminaba su turno a las 6am) y según nos dijo, llegaríamos a Iquitos para medio día, aunque cada uno decía una cosa: "a las 11 entramos en el Río Amazonas", otro: "ya estamos en el río Amazonas", otro: "en dos horitas nomás llegamos a Iquitos!!" La verdad fue la siguiente: sobre la 1 del medio día desembocamos en el Río Amazonas y a las 10pm de la noche llegamos a Iquitos. 
Ya amanecido bien, decidimos bajar para recoger el desayuno. Al ratito de haber bajado y desayunado nos escuchamos gritos y un fuerte golpe del barco (anécdota 7): El capitán se durmió y chocamos contra la orilla del río! 
En serio?? Ya estábamos curados de espanto con todo lo que pasaba en ese barco! Pero si ese señor cambió el turno hacia menos de media hora! Nosotros vimos como se despertaba, se cambiaba con el que había estado toda la noche en vela y se ponía sus auriculares (me sorprendió la comodidad con la que tomó el mando del barco), y claro está, se durmió y chocamos! Increíble!
Menos mal, salimos de ésta y ya durante el día no pasó nada, ahora sí, de verdad.
La pasamos todo el día en la parte delantera del barco, pues queríamos ver cómo entrábamos en el Amazonas y pues porque se estaba más fresquito que en el techo!

Por suerte, tuvimos la compañía de Daisy, una niña peruana pequeña, tendría unos 6 añitos. Pero era muy extrovertida. Nos miraba y se extrañaba, pero ella lo preguntaba todo:
- Eres blanca! ¿Por qué eres blanca?
- ¿Naciste blanca?
- ¿Vas a ser siempre así de blanca? ¿Y te gusta?
Ya me diréis cómo respondías a esas preguntas! Fue todo un reto tener que explicar a esa niña por qué no teníamos el mismo colo de piel, pero igual creo que fue muy enriquecedora esa experiencia. Estuvo mucho tiempo con nosotros. Le preguntamos si su mamá sabía dónde andaba y decía que sí. Hasta que vinieron sus  tres hermanas buscándola porque su mamá andaba preocupada!! ¡¡Menuda era esta niña!! 
Entrada al Amazonas


Al medio día, entramos en el Amazonas. Se notaba bastante por que empezó a salpicarnos el agua, había mucho más caudal y hasta olas! Si el Ucayali ya era ancho... el Amazonas era el triple!
Fue algo grandioso!
Atardece sobre el Amazonas

A las 10 de la noche llegamos a Iquitos.

FIN DEL TRAYECTO PUCALLPA - IQUITOS

Lima - Pucallpa

Bus Lima - Pucallpa: 80 soles

El lunes 16 de Julio de 2012, todos preparamos nuestras mochilas con todo lo esencial para viajar a la selva: ropa de verano y algún polo o pantalón largo por si acaso, chanclas, zapatillas, loción anti-mosquitos (a litros!!!), bloqueador solar, y muchas ganas de sumergirnos en la amazonia peruana!

De Lima salimos en bus camino a Pucallpa: Karen (Perú), Sil Ja (Alemania), Miriam (Alemania), Tiphaine (Francia), Eli (Alemania), Juan Carlos (Perú) y yo. Salimos a las 2:30 pm y llegamos Martes 17 a las 6:30 am. El camino en bus fue mas o menos divertido y algo raro... Nada más salir de Lima, como siempre que viajas hacia el interior de Perú, pasas de desierto a subidas curvadas y empinadas por las rocosas montañas de la cordillera de Los Andes, es entonces cuando vienen los pitidos en los oídos, dolores de cabeza, incluso mareos, pues algunos todavía sufren de soroche, (lo más raro de esto, es que el soroche en este viaje les dio sólo a los peruanos!!).
En el viaje la pasamos hablando toda la tarde del lunes y bueno, en la noche era hora de dormir y así hacemos. De repente, encendieron las luces, yo, que estaba justo al lado de las escaleras de subida del autobús, desperté y vi el cañón de una escopeta apuntándome en la cara.... asu madre!! menudo susto me di!!! Era un señor con vestimentas militares el que subía para decir exactamente lo que David en su blog expresó a la perfección:

“Buenas noches señores pasajeros, disculpen las molestias señores pasajeros. Estoy aquí señores pasajeros en nombre del comité de autodefensa, señores pasajeros. Estamos aquí señores pasajeros para protegerles. Como ustedes saben señores pasajeros, esta zona es bastante peligrosa y sufre de asaltos, por tanto llevamos ya un par de horas acompañándolos. Señores pasajeros, para que su travesía sea de lo más segura y no sufran altercado alguno. Por ello que rogamos de su colaboración pues estamos realizando la labor que la policía no quiere realizar, de manera voluntaria, señores pasajeros. Por ello que rogamos de su colaboración señores pasajeros.”

"Estamos trabajando para protegerles" ¿Protegernos, en serio? Si nos mataron del susto!! A ver, yo les di un solcito, como todos!  Claro, se supone que estaban para defendernos, protegernos... que se yo! Pero vaya susto! Al fin, fue gracioso...
Así pues, fue avanzando la noche, estos señores con escopetas apunta-mariates se fueron y volvimos a dormir, con el corazón en un puño, eso sí. Y en seguida se hicieron las 6:30 am del martes 17, hora de nuestra llegada a Pucallpa. 
En la parada del bus estaban los moto-taxistas esperándonos para llevarnos al centro de la ciudad. Como siempre, no habíamos sacado las mochilas del maletero y ya te decían: "señorita las llevo?" "3 soles a la plaza de armas!!" "a donde van señoritas??" Y tu, "a ver, en serio, vine a la selva para estar tranquila!"
Ya en el centro de Pucallpa, Karen llamó a la mamá de nuestra querida amiga Rose, que nos ofreció una habitación en el hostal familiar para descansar, darnos una ducha y guardar las mochilas. Ya duchados, nos acercamos al puerto para preguntar cuándo salía algún barco hacia Iquitos. El señor nos dijo que salía ese mismo día!! Echamos un vistazo y decidimos esperar a Carina (Alemania) y Marco (Español-peruano-alemán) y salir al día siguiente en otro barco que visitamos: Henry II. Era más pequeño que el que salía el mismo día y no iba tan lleno, en realidad fuimos los primeros en colocar las hamacas (que así íbamos a viajar) y guardarnos el sitio. 
Almorzamos donde la mamá de Rose y fuimos a la plaza de Armas de nuevo a recoger a Carina y Marco que recién llegaban. De ahí les acompañamos al mercado para comprar sus hamacas y también comprar los tuppers donde nos iban a poner la comida en el barco.

Descansamos un poquito y fuimos a cenar comida típica (invitación de la señora). Dormimos en varias habitaciones en el hostal de la familia y al dia siguiente a las 7 am nos disponíamos a montarnos en el barco, tras el chequeo de mochilas y que el señor nos dijese: Míster a todos, chicas y chicos! 
La estancia en Pucallpa fue cortita pero al estar acompañados de tan buena gente, la disfrutamos mucho! Así que, gracias a la mamá de Rose, al señor que nos vendió las chelitas esa noche y a la ilusión que teníamos por ver que íbamos a pasar nuestros siguientes 5 días en Henry II!!!

Próximamente, entrada de Pucallpa a Iquitos.